jueves, 19 de junio de 2008

Multi/inter

Uno de los conceptos que ha mostrado gran desarrollo en el arte contemporáneo es el de la multidisciplina. Las barreras entre disciplinas artísticas se diluyen frecuentemente en obras o actos destinados a estimular los sentidos en conjunto. Desde luego esto no es nada nuevo, la ópera, por ejemplo, ya apuntaba en esta dirección y Wagner la lleva a otros niveles con lo que llamó Gesamtkunstwerk (obra de arte total o integrada). El movimiento Fluxus de la década de 1960, por citar otro ejemplo, contribuyó ampliamente en el desarrollo y esparcimiento de este fenómeno. Pero ahora la tecnología no sólo ha posibilitado este acercamiento creativo, sino que lo ha incentivado. Es común encontrar obras con elementos visuales, teatrales y musicales, por ejemplo.

Me parece que esta manera multidisciplinaria de hacer arte es relativa a factores culturales de gran peso en la actualidad. La multiculturalidad es un fenómeno que se percibe generalmente como bueno: la coexistencia de elementos diferenciados, en este caso de personas. Los Estados Unidos son el ejemplo más representativo. Pero una mirada social más a fondo nos muestra, además de las virtudes de este fenómeno, su esencia conflictiva, las fricciones inherentes en el contacto directo entre grupos cerrados. Lo mismo sucede con muchas de las obras que presentan dichas aspiraciones artísticas. Uno de sus elementos se impondrá sobre los demás, relegándolos inclusive a mero soporte, como la música de una película.

Por otro lado existe la interdisciplinariedad, donde una disciplina artística, artesanal, científica, humanista, o de otro tipo, influye directamente en el quehacer de otra. En música podemos mencionar, entre otros, los ejemplos de Iannis Xenakis y Morton Feldman. En el primero existía un flujo entre su pensamiento arquitectónico --y por ende espacial-- y el musical. El ejemplo clásico es su diseño compartido entre el Pabellón Philips (con Le Corbusier, 1958) y la obra Metastasis (1954) para orquesta.

Arriba: Pabellón Philips.
Abajo: Fragmento de Metastasis.




Feldman, por su lado, absorbe la esencia del trabajo pictórico de sus amigos que desarrollaron lo que se denominó el expresionismo abstracto en Nueva York en las décadas de 1950 y 60. En sus obras, Feldman transfiere la superficie plana (sin perspectiva) de dichas obras a paisajes sonoros sin relieves de intensidad de volúmen. Posteriormente, el mismo Feldman toma el modelo de los tapetes persas y turcos antiguos, resultando en una música constituida por la repetición y variación sutil de patrones y una extensión temporal de grandes dimensiones.


Arriba: Yellow, Red, Red (1954) de Mark Rothko. Abajo: Tapete turco (ca. 1870)

No estoy en contra de la multidisciplina, en absoluto. Sólo creo que el puro multi sin el inter augura un espléndido chile con queso.

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