domingo, 10 de enero de 2010

De la ideología al arte.


La noción de materia puede parecer lejana a la esencia misma del sonido, pero en realidad no lo es. Aunque éste se explique científicamente como presión molecular en el aire, el sonido porta información -a través de su complejo armónico individual- que lo vincula directamente con las propiedades físicas del objeto que lo emite. Este vínculo, desde luego, se da a nivel de conciencia y su fundamento radica en la experiencia acumulada y en la memoria.

Cuando a la música se le restan las teorías, sistemas y estilos que nacen fuera del carácter particular de un sonido o complejo sonoro, el vínculo con la materia sonora se hace más estrecho y la experiencia auditiva se fortalece. Se entra en una dimensión perceptiva en donde la presencia sonora y sus cambios, transformaciones y/o transiciones son el trasfondo mismo de la música al presentar equivalencias potenciales con la realidad física (Naturaleza, entorno) y la psique (mundo interior del creador y el escucha).

Es como pasar de la ideología (sistemas de orden) al arte.