lunes, 12 de mayo de 2008

El que canta desde el fondo

El mundo de la música popular estadounidense es un mar inmenso, en gran parte copuesto de mercancía prefabricada en oficinas por ejecutivos que de lo que menos saben es de música (o para el caso de arte, ética y humanidad). Pero saben cómo empaquetar y vender, no ya la música, sino las imágenes a las que la música acompaña.

Pero desde luego, hay excepciones
notables. Precisamente esa mercadotécnia, esa comercialización de paquetes de entretenimiento que provee confort letárgico, ha provocado reacciones artísticas de gran valor. Es curioso ver cómo John Cage, conjugando los opuestos entre el arte y lo popular, llegó a aparecer en 1960 en este programa de variedad por televisión.

Pero la rebeldía no se presenta únicamente en los círculos del arte, sino también dentro de la música popular, a pesar (pero también algunas veces en beneficio) de los mencionados ejecutivos y la industria a la que pertenecen. El jazz, el rock y el country, por nombrar algunos de sus géneros populares más escuchados, han contado con gente cuyas aportaciones trascienden la mera recreación banal. No pretendo que esto se convierta en una lista de "mis favoritos", pero quiero mencionar a una persona en particular, quien de hecho me llevó a escribir esto.

Johnny Cash.

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