lunes, 28 de abril de 2008

Debussy y la luz

La música de Debussy simultáneamente me fascina e intriga. Además de la evidente y forzada mención de cómo desarticula la armonía de sus funciones tonales tradicionales con el fin de exaltar el color armónico, así como sus cambios y transiciones, su música presenta un trasfondo donde el movimiento es esencial. No me refiero solamente al movimiento rítmico que se dibuja sobre un pulso, sino al movimiento de intensidades que corre en paralelo con el primero e igualmente lo desarticula de la métrica.

Existe una difuminación del encasillamiento rítmico que no sólo es equivalente a la de las funciones tonales, sino necesaria dentro del continuo espacio-temporal de su música. Los
movimientos de intensidades en las dinámicas, la aceleración y deceleración, las densidades y las texturas desembocan en un movimiento tímbrico que posibilita un manejo armónico similar a un fluir luminoso, como nunca se había escuchado.

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