Entonces, ¿qué diferencia hay, por ejemplo, entre una música que enfoca la atención lógica y racional y otra que envuelve? La primera tiene un sentido, se desenvuelve en el tiempo revelando secuencialmente sus contenidos --como el lenguaje--. La segunda muestra un pasado y un futuro que no son causa y efecto (o elementos derivativos de significación), sino parte de un presente continuo.
Una obra de este tipo es un momento que se prolonga. Entonces la música es tiempo y la percepción temporal se transforma, a diferencia de lo que sucede cuando la música tanscurre en el tiempo. Aquí es cuando podemos decir que más que observar la música, la habitamos.

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